Sin salirse del loop.

Me acomodo, pongo una buena canción y el pié en el pedal del freno. Había aparcado bien y no resulta difícil salir del agujero. Me dicen que debo apoyar la espalda al respaldo y me hace mucha gracia. La policía señala con luces y me arrincona. Bajo la ventanilla, buenas noches. Señorita ponga las luces. Gracias. Me sigue haciendo gracia y decido apoyar la espalda. Suerte que sólo eran las luces.

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