REVOLUTION




Como en una Revolución la gente sale a la calle y sigue a la multitud sin cuestionarse hacia dónde. Todos lo sabemos y todos nos abrazamos sin conocernos. Ayer a la mañana ya se intuía en silencio por las calles de la ciudad. Un silencio nervioso que ponía a todos los pelos de punta, como en la crónica de una muerte anunciada. Los estómagos se cerraron a las 8.45 para volverse abrir dos horas mas tarde. Y se abrieron y se abrieron y toda la ciudad explotó y se quemó. Gritábamos y saltábamos sabiendo que ese momento era importante. Teníamos que romperlo todo como hacen los animales cuando están contentos. La luz del día nos contó que había sido verdad, que no lo habíamos soñado y que nos merecíamos un buen desayuno después de darle las gracias a Guardiola. Porque el sí que sabe.

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