La espuma de los días.

Mi destino se encaminaba hacia el metro mientras escuchaba una bonita canción sobre los lugares dónde no llegan los coches. Me imaginaba cantando en un coro, dando palmadas al ritmo de la batería, cuando de repente giré la cabeza para mirarme en el reflejo del cristal de una tienda. Siempre me fijo en mi preciosa barriga de perfil. La quiero mucho, la cuida y la alimento. Ella me saluda por las mañanas y cuando el viento sopla de cara y la camiseta la aprieta es cuando más presumida se pone. Yo intento que nadie la vea y por eso la controlo a través de los reflejos. Pero hoy me dejé llevar por la alegría de la canción y no miré a mi barriga si no al cartel de rebajas pixelado que sonaba a peligro con infrarrojos. Había millones de ratones haciendo cola para entrar, di un salto y entré en la tienda. Y allí estaba. Pálido y tieso, al alcance de todos... Era un bolso precioso olor a vainilla y con una nube flotante alrededor que permitía esconderse dentro para hacer malabares. Lo compré sin remordimientos mientras todos esos ratones me aplaudían y me daban la enhorabuena. Para qué una se queda en Agosto en la ciudad? Aquí tienen la respuesta. Además de ver a Manel en las fiestas de Gracia (que estilo).



5 comentarios:

Nana Bergstrom dijo...

aaah!
yo quiero leermelo
fui a la biblioteca a buscarlo y no lo tenían, me leí porque sí tenían "escupiré sobre vuestra tumba"
qué buena elección!

Nana Bergstrom dijo...

qué barriga!!!!!
nadie la ve porque no está!!!
pero como eres
amorcito,
de verdad,
me estoy riendo mucho despues de haber leido esto.

Carla dijo...

Ese bolso lo vi hoy!! beso!

Carla dijo...

demà començaré a traduïr la web a l'alemany!!

Gaucho Divino dijo...

Esa barriguita es realmente un nenúfar